Un día al santo le forraron el nicho con madera.
– Lo que avanzan los tiempos – pensaba.
y el santo de piedra que nunca temió a nada, no pudo dormir pensando en el fuego y las termitas.
– Y que no es roble, ¡carajo! simple pino silvestre…
Un día al santo le forraron el nicho con madera.
– Lo que avanzan los tiempos – pensaba.
y el santo de piedra que nunca temió a nada, no pudo dormir pensando en el fuego y las termitas.
– Y que no es roble, ¡carajo! simple pino silvestre…
jajaja, pues cuando le llegue el plástico al nicho…
yo creo que entonces el santo hará el petate y se irá dando un portazo, y frafullando “¡qué desvergüenza!¡hasta dónde vamos a llegar!”